Las ciudades, cada vez más densas, sufren los inconvenientes asociados al uso del coche privado: mayor duración de los trayectos, ruido y contaminación ambiental.
La movilidad individual se está agotando y está surgiendo un concepto de transporte colectivo y conectado: alquiler de coches, car sharing, bicicletas de autoservicio, e-scooters, etc.
En 2014, un estudio sobre movilidad compartida publicado por la consultora Roland Berger anunciaba una previsión de volumen de negocio de 5.600 millones de euros para el car sharing en 2020. Actualmente, el crecimiento anual de este sector es de 30%. Las aplicaciones de transporte compartido se multiplican y conquistan a las nuevas generaciones.
Estas nuevas formas de concebir nuestros viajes se enfrentan a un gran problema: la devolución en buen estado de los vehículos compartidos y, por tanto, la toma de una fianza. Hoy en día, cuando se alquila un coche, se exige un depósito de unos 1.000 euros. Permite indemnizar al arrendatario en caso de daños. En la mayoría de los casos, se añade al seguro para cubrir los costes de la franquicia o para reembolsar los gastos relacionados con determinadas incivilidades de los clientes (por ejemplo: falta de depósito de gasolina, gastos de limpieza, etc.). Al final, se utiliza principalmente para responsabilizar al arrendatario del vehículo.
Bonos, el reto de las empresas de alquiler de coches
Los nuevos actores que se lanzan al mercado de la movilidad compartida ofrecen soluciones conectadas y automatizadas: reserva, depósito y pago todo se hace al instante y por internet ¡! Uso cómodo para usuarios y arrendatarios.
El problema de los depósitos afecta, por tanto, a las empresas de alquiler más tradicionales, que obligan a sus clientes a acudir a una sucursal para finalizar el expediente de alquiler. A continuación, el cliente debe presentar su permiso de conducir, firmar el contrato de alquiler y depositar su fianza en un terminal de pago (TPE). Esta forma de trabajar conlleva muchos problemas para los clientes y las agencias.
Largas colas y agencias abarrotadas
Para que los viajeros puedan alquilar un vehículo con facilidad y rapidez, muchas agencias de alquiler están situadas cerca de las estaciones de tren y los aeropuertos. A cada llegada, muchos clientes quieren coger su vehículo y salir por fin a disfrutar de su viaje. Esto lleva a la formación de largas colas en la sucursal, que no es muy acogedora. Gestionar los depósitos por adelantado limita el número de personas en la agencia y ofrece una mejor experiencia al cliente. Hacer los depósitos unos días antes de la entrega es un verdadero ahorro de tiempo para todos.
Sólo 30 días de preaprobación
El plazo máximo para cobrar un depósito realizado con un Eftposter suele ser de 30 días. Por lo tanto, el arrendatario está limitado en el tiempo que puede reclamar los daños. Un ejemplo elocuente es el coste de la tramitación de las multas de aparcamiento. Si un cliente comete una infracción, el tiempo de recepción del billete puede superar el periodo de validez de la impresión de Eftposter. Esto significa que la empresa de alquiler se quedará sin opciones para recuperar su dinero. Los alquileres de larga duración también son un problema. Después de 30 días, el equipo deja de ser seguro y hay que renovar el depósito.
Reducción significativa del límite de la tarjeta bancaria
Para los clientes, depositar una fianza en una TEF reduce significativamente el límite de la tarjeta bancaria. En cuanto a la fianza, la preautorización media es de 1.000 euros. Esta cantidad suele ser casi la mitad del límite de pago mensual de las tarjetas bancarias tradicionales. Esto es problemático, especialmente para los veraneantes que se encuentran bloqueados para sus gastos futuros. Esta situación es aún más lamentable si se tiene en cuenta que el depósito casi nunca se cobra.
Litigios entre empresas de alquiler y clientes
Los litigios entre las empresas de alquiler de coches y sus clientes son numerosos. Mala fe por parte de los clientes o abuso por parte de las empresas de alquiler de coches, a veces es difícil de decidir. En cualquier caso, para las empresas de alquiler estas disputas empañan su reputación con muchos "badbuzz", entre otros, en los foros de Internet.
Ante esta situación, las autoridades europeas y francesas tienden, con razón, a favorecer al consumidor. Por lo tanto, a las empresas de alquiler les interesa gestionar los depósitos de seguridad de forma transparente. Tanto para mantener una buena imagen de marcaNo se trata sólo de mantener la competitividad de la empresa frente a los nuevos actores de Internet. Para que conste, estos últimos han establecido sistemas de calificación recíproca que limitan fuertemente los abusos relativos al cobro de depósitos.
La solución: ¡Swikly el depósito en línea!
Swikly es el nuevo jugador especialista en depósitos en línea. Swikly, una startup FinTech en la frontera de InsurTech, se lanzó en 2016 con el apoyo de la Caisse d'Épargne Rhône-Alpes y su incubadora, B612.
Swikly es parte de confianza y permite solicitar un depósito a través de Internet mediante la impresión de una tarjeta de crédito sin afectar al límite de gasto de las mismas. Los depósitos Swikly tienen una validez de 3 meses y es posible proceder a un cobro parcial. Así, los inquilinos tienen más libertad para advertir, evaluar y remediar los daños. ¡En caso de disputa, Swikly, gestiona el desacuerdo y las posibles recuperaciones! Por su parte, los clientes están tranquilos por la posición de un tercero de confianza que verifica la validez de los cobros. La entrega de una fianza ya no es una limitación para el cliente y la empresa de alquiler tiene una garantía de pago reforzada.
Las fianzas pueden solicitarse unos días antes de la toma de posesión del vehículo. De este modo, la empresa de alquiler tiene la posibilidad de ofrecer servicios adicionales a la venta (actualización, GPS, asiento para niños, etc.). Las agencias están menos sobrecargadas y el tiempo de espera de los clientes se reduce. También es posible establecer un servicio "Vanguardia" para desmaterializar por completo el expediente de alquiler e invitar a los clientes a recoger su vehículo directamente sin acudir a una agencia.